Francisca se llamó su madre, nombre que heredó de su abuela junto al amor por la naturaleza y las puntadas, y que años más tarde le supo trasladar con la pedagogía innata de quien enseña desde el corazón.
Es la tercera generación de mujeres que con sus manos azarosas dieron miles de puntadas para sacar adelante la familia y se trasladaban unas a otras los conocimientos como única herencia.
Mujeres que emigraron del Viejo Continente al Caribe y dejaron en el océano una estela de recuerdos que años más tarde fue ella recogiendo en su viaje en sentido inverso. Nace este proyecto de esos orígenes, de esa mezcla cultural, del haber crecido entre manos mágicas que creaban con puntadas, del amor por la naturaleza, la pasión por enseñar y de los caminos que ha recorrido y que le han llevado a desempeñarse en varios perfiles: Fotógrafa, Articulista, Realizadora Gráfica, Artista Textil y Artesana formados unos con estudio y otros con dedicación y entrega.
Con los años ese amasijo de experiencias y conocimientos le mostraron el camino para encontrar la esencia del momento en que vive, y aquí intenta mostrarla con el alma desnuda.