En este camino aprendió que no es lo mismo decir que el bordado es una terapia, a decir que es una herramienta complementaria para la salud mental. Lo primero pareciera casi un efecto o consecuencia, mientras que lo segundo está planteado a partir de una reflexión pedagógica, metodología y didáctica y desde una comprensión contextual y comunitaria de la salud mental.